miércoles, 6 de mayo de 2015

La ruta del ébola empieza en nuestros coches.


Tras haber leído el artículo , entendí la relación del ébola con los coches, por la relación que tiene la palma aceitera que se utiliza como combustible, que mueve todos los grandes negocios: la gasolina, y por tanto los coches. El problema de la expansión del ébola, está escondido por las grandes multinacionales, que sin escrúpulos y sin pensar en las repercusiones, solo piensan en acumular capital. Por otro lado ,los cambios en el ecosistema de la zona, de un mosaico de pequeña agricultura familiar y biodiversidad, a un uniforme y pobre monocultivo, son los que han favorecido la trasmisión del virus de la fauna portadora a las personas, sobre todo este tipo de monocultivos de palma aceitera o palma africana, y que atraen especialmente a los murciélagos frugívoros del bosque, anfitriones privilegiados del virus, que después pueden transmitirlo a las personas a través de sus orines, excrementos o saliva. Lo que habría que reflexionar y denunciar es por qué empresas estatales o extranjeras están apropiándose de estas tierras muchas veces acompañada de intervenciones del ejército o de la policía para frenar la resistencia de la gente en un fenómeno de acaparamiento de espectaculares dimensiones, para generar cultivos de palma, y que todo ello lleve a la propagación del ébola, sin que ellos se hagan responsables y no se tome medidas, solamente cuando en Europa aparece la enfermedad.

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